La actividad de restaurar muebles antiguos puede ser también un hobbie pero antes que nada es la profesión de muchos expertos que han dedicado muchos años a invertir en su experiencia y formación, además de ser considerada un arte. Al menos así es vista por quienes son artistas como los de Ünik, que recuperan piezas de valor de épocas pasadas y su trabajo consiste en reparar, embellecer y devolverles el esplendor con fines económicos o comerciales, bajo previa petición o encargo.
Pero esta dedicación exclusiva ha saltado la barrera de lo residual para colocarse en un plano popular y asequible para todo el que quiera aprender a restaurar muebles propios por capricho, por ocio y por satisfacción personal, a través de distintas técnicas estéticas como la del decoupage. Al final es hasta una terapia para muchas personas que eligen tener el foco de atención puesto en algo manual que les relaje, les motive y les comporte el logro de un resultado cuantificable.
La dedicación puede ser plena o eventual dependiendo de si obedece al hallazgo por casualidad de una pieza familiar olvidada y que suscita un flechazo al propietario o heredero, o incluso solicita las restauraciones de muebles a su entorno a modo de encargo. No hay una motivación única ni mucho menos la dedicación será siempre la misma ni en la misma intensidad y frecuencia, pero quienes lo tomen como algo habitual, lograrán mucho mejores resultados porque la práctica es buena parte del éxito.
Los muebles tienen una vida útil determinada si no reciben suficiente mantenimiento de la madera y características, pero también se apartan de la decoración y utilidad cuando se consideran obsoletos, entran nuevos estilos o se renueva totalmente el espíritu decorativo. Sin embargo, quienes tienen un sentido elevado de la decoración, aprecian la belleza y armonía de los muebles independientemente de su edad, así como ocurre con la restauración de obras de arte u otras piezas relacionadas.
Y esta idea hace que valga la pena rescatar una cama, un cabecero, una consola o un sillón. Restaurar muebles antiguos puede ser una auténtica pasión para muchos y para otros un mero pasatiempo manual en el que rescatar, por ejemplo, una mesa, un baúl o un armario, entre otros muchos más. Sea cual sea la motivación, el objetivo es alcanzar el resultado deseado, gracias a la aportación de valor estético y de funcionalidad, con la que contribuye esta práctica.
Pero esta dedicación exclusiva ha saltado la barrera de lo residual para colocarse en un plano popular y asequible para todo el que quiera aprender a restaurar muebles propios por capricho, por ocio y por satisfacción personal, a través de distintas técnicas estéticas como la del decoupage. Al final es hasta una terapia para muchas personas que eligen tener el foco de atención puesto en algo manual que les relaje, les motive y les comporte el logro de un resultado cuantificable.
La dedicación puede ser plena o eventual dependiendo de si obedece al hallazgo por casualidad de una pieza familiar olvidada y que suscita un flechazo al propietario o heredero, o incluso solicita las restauraciones de muebles a su entorno a modo de encargo. No hay una motivación única ni mucho menos la dedicación será siempre la misma ni en la misma intensidad y frecuencia, pero quienes lo tomen como algo habitual, lograrán mucho mejores resultados porque la práctica es buena parte del éxito.
Los muebles tienen una vida útil determinada si no reciben suficiente mantenimiento de la madera y características, pero también se apartan de la decoración y utilidad cuando se consideran obsoletos, entran nuevos estilos o se renueva totalmente el espíritu decorativo. Sin embargo, quienes tienen un sentido elevado de la decoración, aprecian la belleza y armonía de los muebles independientemente de su edad, así como ocurre con la restauración de obras de arte u otras piezas relacionadas.
Y esta idea hace que valga la pena rescatar una cama, un cabecero, una consola o un sillón. Restaurar muebles antiguos puede ser una auténtica pasión para muchos y para otros un mero pasatiempo manual en el que rescatar, por ejemplo, una mesa, un baúl o un armario, entre otros muchos más. Sea cual sea la motivación, el objetivo es alcanzar el resultado deseado, gracias a la aportación de valor estético y de funcionalidad, con la que contribuye esta práctica.